El salitre en la crisis de 1930

Revisión
Hacia 1929, antes del derrumbe de la Bolsa de Nueva York, la situación de la industria salitrera era muy vulnerable. No se trabajaba con capital propio, la explotación se realizaba gracias a los créditos otorgados por los bancos con garantía del salitre, que se cancelaban al recibir el dinero producto de las ventas. Si el salitre no se vendía, los préstamos no podían cubrirse, lo que provocaba que los bancos se negaran a financiar la explotación siguiente. Además, para aumentar sus entradas, el gobierno había ordenado una sobreproducción de salitre que aumentó las existencias, en junio de 1930, a 2.200.000 toneladas. En circunstancias normales la cifra no debía exceder las 800.000 toneladas. Se pensaba que todo iría bien mientras continuaran las inversiones norteamericanas en el sector exportador. Estas inversiones sólo redundaron en un compromiso de remesas que dejaron cada vez menos utilidades para la balanza de pagos del país.